Conoce más: Disfonía

La disfonía son alteraciones en la voz en cualquiera de sus cualidades (intensidad, tono, timbre),por alteraciones orgánicas o funcionales de los músculos laríngeos, respiratorios o de resonancia que intervienen en la voz. Es la pérdida del timbre norma de la voz por trastorno funcional u orgánico de la laringe.

La disfonía se caracteriza por el cambio de la voz debido a una anomalía en la vibración de la mucosa de las cuerdas vocales. La alteración del timbre vocal es el síntoma más frecuente en estas patologías. Las principales causas son, por un lado, el abuso vocal y, por otra, el mal uso vocal. También puede deberse a trabajar en un ambiente muy ruidoso, tener estrés laboral, no descansar la voz o a hábitos como el consumo de tabaco o alcohol. Los que la sufren suelen sentir molestias al hablar, fatiga vocal, malestar que provoca carraspeo o ineficacia vocal, dificultad para proyectar la voz y además suelen necesitar hacer un gran esfuerzo para comunicarse.

Es importante mantener una buena HIGIENE VOCAL:

  • Mantener una buena hidratación. Se recomienda beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día. El agua debe estar a temperatura ambiente.
  • Hablar despacio a intensidad moderada. Lentificar el discurso.
  • Respirar tomando aire por la nariz. Antes de hablar inspirar, producir voz y espirar. Evitar usar el aire residual de los pulmones para hablar. Mantener un patrón de respiración nasal y diafragmático.
  • Adoptar una postura corporal correcta.
  • NO gritar. No gritar en actividades deportivas.
  • NO susurrar: la constricción de los pliegues vocales acentuando la disfonía.
  • Evitar hablar en lugares muy ruidosos siempre que sea posible. Debe controlar el volumen de su voz en cualquier ambiente intentando no hablar por encima de este.
  • TÉCNICA DE CANCELACIÓN en situaciones de elevación acompañada de tensión.
  • Evitar imitar personajes.
  • No hablar mientras se hace fuerza. Evitar hablar en situaciones en las que tenga que levantar o empujar objetos pesados y las emisiones forzadas intentando no forzar los músculos participantes en el habla (cara, cuello, hombros).
  • NO usar caramelos de menta, porque, aunque la sensación sea la de apertura de las vías respiratorias y la de frescor, el efecto es el de secar aún más la mucosa. (mejor de MIEL Y LIMON)
  • Hacer reposo vocal. Buscar espacios de silencio durante el día. Nuestras cuerdas vocales necesitan descansar. Reducir el tiempo de habla cuando se padezcan infecciones en las vías respiratorias altas.
  • NO carraspear, ni toser. Debemos evitar fregarnos la garganta continuamente.
  • Dormir y descansar bien. Se recomienda dormir al menos 8 horas.
  • No tomar bebidas excesivamente frías ni calientes.
  • Tener una alimentación equilibrada. Comer muchas frutas y verduras.
  • CUANDO APARECE LA DISFONÍA AGUDA: Descanso vocal, Taparnos el cuello, HIDRATACION (agua), Infusiones templadas (NO MUY CALIENTES) (agua + limón), Ibuprofeno (bajo prescripción médica), tomar baños de vapor.
  • En la farmacia existen cantidad de productos que te ayudaran a combatir tu disfonía, consulta con tu farmacéutico.

Si presentas alguna alteración en tu voz, te recomendamos que no dejes pasar el tiempo. Cuanto más tiempo dejes que prosigan los síntomas, tu recuperación será más complicada. Cuando por ejemplo unos nódulos son recientes, suelen reabsorberse con una buena rehabilitación logopédica, mientras que una vez que pasa el tiempo se “encallan” y la única solución suele ser la intervención quirúrgica y posterior rehabilitación logopédica para evitar su reparación entre otras cosas.

El tratamiento logopédico conlleva un aprendizaje de correctos hábitos vocales, junto con ejercicios para mejorar las cualidades de la voz afectada. En caso de que tu disfonía sea crónica, molesta y dificulte tu vida diaria, puedes acudir a tu logopeda para que lo valore. A partir de la valoración logopédica (acústica y funcional) del trastorno vocal, se inicia el proceso de re-educación vocal.